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Feng Shui: Habitación por Habitación, Cómo Diseñar tu Casa Para Vivir Mejor

Habitación por habitación, descubra cómo organizar cada estancia de su casa según los principios del feng shui para vivir mejor.

Cómo amueblar cada habitación de la casa según los principios del feng shui prestando atención a la luz, los colores y la disposición de los muebles.
Unas sencillas reglas extraídas directamente del antiguo arte chino de llenar los espacios, el Feng shui, para vivir en nuestra casa de la mejor manera posible, entrando en armonía con todas las estancias a la vez que obtenemos beneficios y energía. Habitación por habitación, esto es lo que necesita saber.

El Feng Shui es un antiguo arte chino que estudia al ser humano en el entorno, prestando atención a la luz, los puntos cardinales, el orden y la limpieza para crear armonía y bienestar. A menudo, de hecho, la colocación de la cama en una dirección en lugar de en otra provoca trastornos del sueño, ansiedad, nerviosismo e inestabilidad; al igual que el escritorio donde podemos estar trabajando, en un rincón oscuro, puede crear incomodidad, incluso malestar físico.

Así que echemos un breve vistazo, habitación por habitación, a las reglas para tener un hogar que sea una extensión natural de nuestro cuerpo, capaz de aportarnos energía y bienestar.

Entrada:

La entrada es la puerta que separa el entorno que podemos controlar del exterior de la casa, que está claramente fuera de nuestro control. Está conectada con la boca porque es el punto de entrada de los alimentos. Es importante que este umbral esté presente, del mismo modo que los alimentos, cuando comemos, pasan primero por la boca, donde se saborean, se mastican y se «controlan». Si falta, hay que recrearlo con muebles y alfombras para que quienes vengan a visitarnos no entren inmediatamente en contacto con nuestro entorno «privado».

Sala de estar:

El sitio del salón es el entorno relacionado con el corazón, dedicado a las relaciones. En este ambiente podemos utilizar colores vivos, que fomentan y predisponen a las relaciones, no sólo entre los miembros de la familia, sino también con los invitados, con los que podemos realizar actividades diurnas. Si comunica con otros espacios, como la cocina americana o el comedor, debemos delimitarlos, quizá con plantas y alfombras. Si buscamos un ambiente cálido, hay que evitar las grandes superficies brillantes, que dan inmediatamente una impresión de frialdad.

Cocina:

La cocina es la habitación conectada con el estómago. La primera regla general es que la cocina no debe colocarse en una posición en la que, durante la cocción, estemos de espaldas a la puerta. Si es así, podemos colocar un espejo encima de la cocina, en la campana o en los muebles altos para poder mirar directamente a la puerta. La cocina y el fregadero no deben estar uno junto al otro para no crear fricción energética.

En cuanto al color, no elijas colores «fuertes» como el rojo, el morado, el naranja o el amarillo…. harían el ambiente demasiado activo.

Cuarto de baño:

Es importante que el cuarto de baño esté siempre limpio y ordenado. Sobre todo si es pequeño y sin ventanas, lo mejor es optar por colores claros que vayan del verde al celeste. También es buena idea enriquecer el entorno con plantas que aumenten su vitalidad.

Dormitorio:

El dormitorio es, con diferencia, el más conectado con el útero y la tierra, en recuerdo del arquetipo de la madre. Por lo tanto, debe aportarnos seguridad y no hacernos sentir «amenazados» por el entorno exterior. La cama debe colocarse con la cabecera en contacto con una pared, preferiblemente con un cabecero.

Las lámparas de araña en línea con la cama, los muebles y, sobre todo, los cuadros grandes deben evitarse absolutamente para no tener la impresión de que algo nos «pesa» y dejar así el sueño en una fase ligera, sin posibilidad de libre abandono. Se trata de evitar despertarse a todas horas y mantener una situación que, a largo plazo, genera insomnio, hipertensión, trastornos sexuales y obesidad. Lo mismo ocurre con los espejos grandes, que deben evitarse porque son activadores que, al reflejar partículas de luz, podrían perturbar el sueño.

En cuanto a los colores, para la cama es mejor elegir colores claros, cálidos y naturales que también recuerden a la tierra. Las alfombras y las cortinas ayudan a «calentar la habitación».

En general, pues, intentamos favorecer la luz natural para cualquier entorno que nos mantenga en contacto con los ciclos y ritmos naturales de los que dependemos. En cuanto a la luz artificial, evitamos las bombillas «calientes». De hecho, estudios científicos han demostrado que nos sumEn en un estado de letargo no apto para el trabajo, el estudio o incluso la lectura. Por la noche, en cambio, son preferibles las bombillas frías.

En conclusión, a menudo basta con mover un mueble o modificar viejos espacios para recuperar la energía y el bienestar.